Capitulo especial: Renly Baratheon

                                               El señor de la tormenta.

   Todos los personajes que aparecen en este fanfiction son obra de George R.R. Martin.

 -Ya se ve Altojardín -dijo Loras.

Y así era. Una fortaleza grande y blanca que parecía poseer luz propia, desde el sitio donde estaban ya les llegaba el aroma de las flores que daban su nombre a Altojardín.

Pero no habían ido hasta allí para admirar las rosas y oler su perfume, tenían un propósito, conseguir el apoyo de Mace Tyrell, el padre de Loras, Señor de Altojardín y Guardián del Sur.

Renly espoleó a su caballo para ir más deprisa, sintiendo el viento en la cara. Miro atrás y contempló la mayor parte de las fuerzas de las Tierras de la Tormenta, que venían detrás de él. No habían tardado ni una semana en convocarlos al Dominio y así reunir su ejército. Un ejército cuyo fin era tomar Desembarco del Rey, en manos de su sobrino Joffrey, Renly había tenido que marcharse de la capital con el fin de evitar que los Lannister, tras la muerte de Robert, se hubieran ocupado de él.

Había escapado junto a Loras y su guardia personal, y habían mandado cuervos a los señores de la tormenta, para que se reunieran con él en las tierras próximas a Altojardín, aunque Loras ya había avisado a su padre, Renly estaba convencido de que a Lord Tyrell no le haría gracia ver a un ejército en sus puertas.

Pareció que había pasado una eternidad hasta que por fin llegaron a las puertas de Altojardín. Renly había dado orden a sus vasallos de acampar cerca de Altojardín pero sin entrar en la ciudad, mientras Renly, Loras y una pequeña escolta entrarían y solicitarían audiencia con el señor. Renly ya conocía a Mace, le caía bien y esperaba conseguir su alianza. A quien nunca había llegado a ver en persona era a la hija menor de Mace Tyrell, la hermana de Loras, Margaery Tyrell, había conspirado con Loras meses antes para traerla a la corte y convertirla en la reina de Robert con el fin de apartar a los Lannister del poder y mantenerle ocupado. Había visto retratos de ella, y le parecía hermosa, aunque no le atrajera precisamente.

Cruzaron las calles a caballo, todo el pueblo aclamaba a Loras, su héroe, y parecía que todas las mujeres que había presentes querían besarlo en aquel momento. Renly no pudo contener una sonrisa.

Un caballero les aguardaba en las puertas del castillo, era alto y musculoso, y vestía una armadura muy ornamentada, físicamente se parecía a Loras, aunque era unos años mayor, Renly supo enseguida quien era:

-Lord Renly, hermano, sed bienvenidos -dijo con cortesía.

-Os agradezco vuestra hospitalidad, Ser Garlan -contestó Renly.

-Me alegro de verte, hermano -dijo Loras.

-Pasad dentro, queridos amigos, mi padre os concederá audiencia cuando os hayais lavado y cambiado de ropa -Garlan los acompañó dentro.

Una vez en el interior, se bañaron y se pusieron ropas limpias. Renly optó por un jubón sencillo color verde oscuro con el venado de los Baratheon en el pecho, Loras se puso una túnica verde y dorada y se puso una capa con flores bordadas sobre los hombros. A Renly le pareció que le sentaba bien.

Finalmente, fueron llevados a las estancias privadas de Lord Tyrell. En la puerta, una joven de unos quince años, con una melena castaña y dulce como una gacela los aguardaba.

-Lord Renly -dijo con una amplia sonrisa -es un placer conoceros.

-El gusto es todo mío, Lady Margaery -dijo Renly sin olvidar sus correctos modales.

Margaery le dedicó la más dulce de las sonrisas y besó a su hermano en la mejilla. Los tres juntos entraron en los aposentos de Lord Tyrell.

Pero no estaba solo.

Mace Tyrell era un hombre otrora atractivo, pero que había ganado peso en los últimos años. A su lado estaban tres de sus vasallos más importantes. Randyll Tarly, señor de Colina Cuerno, alto, delgado y calvo, con su mandoble de acero Valyrio, Veneno de Corazón, sobresaliendo de su hombro izquierdo, Mathis Rowan, señor de Sotodeoro, tan hosco como de costumbre, y Alester Florent, señor de Aguasclaras, alto y ceremonioso, con el zorro de su Casa bordado en el jubón. Mace estrechó la mano de Renly:

-Lord Renly, es un placer el teneros aqui -dijo con la voz pastosa.

-Es un hono volver a veros, mis señores -respondió Renly dirigiendose a todos ellos -. Pero no se trata de una visita de cortesía.

La sonrisa de Lord Tyrell desapareció.

- Sabemos a que habeís venido, Lord Renly, quereís que mis vasallos y yo os apoyemos en vuestra causa contra los Lannister. ¿Me equivoco?

-No, no os equivocais, mi señor, los Lannister mataron a mi hermano y tienen cautivo a Lord Stark, Joffrey Baratheon no es más que la marioneta de su madre, Cersei, debemos anticiparnos a ellos y deponer a Joffrey para...

Lord Randyll cortó a Renly.

-Si me disculpais, mi señor, nosotros juramos lealtad al Trono de Hierro, y ahora según nuestras leyes, Joffrey es el rey, y el hecho de que huyerais de la ciudad os retrata como a un vil traidor a ojos de la familia real.

-¿Cómo os atreveís? -dijo Loras, enfurecido.

-Tranquilizate, hijo mío -lo calmó Mace Tyrell -. No acusamos a Lord Renly de traición, pero lo que el nos propone sí es traición.

-Hay que hacer lo mejor para el reino -señaló Mathis Rowan

-Tengo una pregunta, Lord Renly -dijo Lord Alester Florent -.¿Quién sería el rey si derrocasemos a Joffrey, suponiendo solo, claro está. No creo que tuvierais la intención de poner a Tommen.

-Yo sería el rey.

Lord Florent se aclaró la garganta.

-Pero mi señor, no podeís, Tommen va despues de Joffrey, y despues de ambos, es Lord Stannis el siguiente en la sucesión.

-Stannis no sería un buen rey -repuso Loras.

-Cierto -coincidió Lord Tyrell -.Y decidme, Lord Renly. ¿Por qué habríamos de ayudaros?

-Porque soy el más apto para gobernar, el más inteligente, el mas sabio, tengo todo lo necesario para ser un buen rey.

-¿Somos modestos, eh?

-Solo los necios niegan lo que son, mi señor -contestó Renly -.Ahora mismo, Robb Stark lleva a veinte mil norteños al sur, estoy seguro de que el aceptaría aliarse conmigo, y Stannis, si se le hiciera entender que no puede ser rey, tambien se uniría a nosotros. 

-Aceptaré, con condiciones, Lord Renly -inquirió Mace Tyrell.

-¿De verdad? -A Renly le costaba creer que fuese a ser tan facil convencer a los Tyrell de que se uniesen a su causa, suponía que Loras debía haberle comentado algo a su padre antes de llegar al Dominio.

-Si -dijo Mace -. Pero mis condiciones son estas, en primer lugar, quiero los castillos y rentas de los señores enemigos que derrotemos.

-Si es lo que deseaís...

-En segundo lugar- prosiguió Mace -.Seré vuestra Mano del Rey, os apoyaré y seré vuestro sustento, si me aceptais. Os ayudaré a gobernar los Siete Reinos.

-Como deseis, pero...

-Y en último lugar, os casareís con mi hija Margaery, que será vuestra reina y esposa, si aceptaís mis condiciones, me uniré a vuestra causa. Comunicadme vuestra respuesta mañana.

Renly no supo que contestar, las exigencias de ese hombre no eran míseras, de hecho, era como darle la mitad del reino a los Tyrell.

Esa noche, cuando estuvo a solas con Loras, le confió sus dudas y sus temores, pero Loras dijo que ya habían llegado muy lejos para llegar atrás, de manera que decidieron dedicar la noche a otros asuntos.

A la mañana siguiente, Renly sabía que quería ser rey, de manera que dio su consentimiento ante Tyrell.

Dos semanas despues, casi cien mil hombres se habían reunido en Altojardín, Renly vestía una armadura nueva, y una corona astada. Además, su estandarte ondeaba por encima de los de los vasallos de Altojardín y Bastión de Tormentas, el venado coronado de los Baratheon.

Renly además, había creado una nueva guardia real. Loras sería su Lord Comandante, Mientras que grandes luchadores como Ser Robar Royce, Ser Emmon Cuy, Ser Guyard Morriguen, Ser Meredith Crane y Lord Bryce Caron le protegerían en todo momento.

Era hora de ponerse en marcha, hacia Desembarco del Rey.